Por: Ozie Cortes
Este miércoles pasado, víspera de día de acción de gracias, lo cines puertorriqueños estrenaron la película Moana, una nueva entrega a la pantalla grande de parte de Disney. Película que gira alrededor de las aventuras de una chica
de la cultura polinesia, Moana Waialiki, quien junto a su nuevo compañero de travesías, el semidiós Maui, deben restablecer un artefacto muy importante para la supervivencia de la isla llamada Te Fiti y a su ves la seguridad de la humanidad.
Debo comenzar diciendo que la animación de esta película me dejó sorprendido. A nivel que todos los detalles de esta, desde el pelo de los personajes hasta la arena donde caminaban, eran completamente satisfactorios y agradables a la vista, en ocasiones parecían imágenes de lugares reales. La presencia de la chica protagonista, Auli’i Cravalho, fue muy bien recibida (por lo menos en mi opinión) y eso sin hablar de la muy hermosa voz que tiene para cantar. Por el otro lado, el desempeño de Dwayne Johnson no fue para nada malo, hasta al punto en que me hizo tener un momento de “wow, él canta bien”, hazaña que le aplaudo, pues deja ver el calibre actoral que posee.
Como toda película de Disney esta entrega no careció de un significado detrás de las aventuras de Moana, aunque entiendo que no tuvo solo uno, puedo decir que el más definido en la historia fue algo en la línea de “no son tus problemas quienes te identifican como persona, sino que hasta donde estas dispuesto a llegar para solucionarlos”(obviamente esa fue la forma en que yo lo percibí, cabe la opción de que tu tengas una diferente percepción del significado). La musicalización de este filme fue sin duda asombrosa y no solo lo digo por la participación de nuestro orgullo boricua, Lin-Manuel Miranda (aunque quienes me conocen saben que su presencia influyó en mi opinión acerca de esta), sino que puedo decir que la música en ningún momento me aburrió y hasta en ocasiones me llegó de tan manera que brindó lagrimas a mis ojos (si, lloré no me abochorno, es broma, los machos alfa no lloramos, eso fue solo alergia).
Sin duda puedo decir que recomiendo la aventura de Moana y que si no le temes a disfrutar de culturas extranjeras “you’re in for a treat”.