Por Eric Fernández Santiago – Especial para GeekZpot
Rogue One: A Star Wars Story nos presenta los eventos que suceden casi inmediatamente antes del Episodio IV: Una nueva esperanza (A New Hope). La historia se concentra en la convergencia de personas que tienen un enemigo en común: el Imperio Galáctico. Este grupo compuesto por mercenarios, pilotos imperiales, contrabandistas, rebeldes, inclusive monjes y un androide imperial reprogramado tienen como misión obtener los planos de la nueva arma letal del Impero Galáctico: la Estrella de la Muerte (Death Star). Esta misión es liderada por la nueva recluta rebelde Jyn Erso interpretada por Felicity Jones (The Diary of Anne Frank, The Amazing Spider-Man 2, The Theory of Everything) quien es asistida por el misterioso capitán de la Alianza Rebelde Cassian Andor interpretado por Diego Luna (Y tu mamá también, Milk, The Book of Life). Ambos tienen que enfrentar al ejército imperial comandados por el Director Imperial Orson Krennic interpretado por Ben Mendelsohn (The Dark Knight Rises, Exodus: Gods and Kings, Bloodline[TV]).
La primera de una nueva serie de películas solitarias dentro de la saga cinematográfica de Star Wars, Rogue One hace muy bien su entrega a una historia que muy bien se podría posicionar como una de las más importantes dentro del canon actual. Sin quitarle mérito al legado que George Lucas nos dejó con las precuelas I, II y III, Rogue One sobrepasa por mucho las expectativas de todo aquel que vaya al cine a verla esperando historias similares. La cruda temática de la guerra (de parte de ambos bandos – rebeldes e imperiales) es notablemente visible durante las dos horas y 20 minutos que dura esta pieza. Esta movida de parte de Disney me sorprende mucho porque, por el hecho de ser “Disney” uno espera ciertos tipos de relatos y finales típicos de ellos. Pero con Rogue One experimentan con el factor sorpresa, sin salirse de sus tradiciones en sus relatos cinematográficos.
El elenco ayuda mucho en este aspecto, ya que es fácil identificarse con ellos y en parte encariñarse con ellos, muy en especial con Chirrut Îmwe, el monje ciego miembro de los Guardianes de los Whills interpretado por la superestrella asiática de artes marciales Donnie Yen, el piloto imperial que traiciona al Imperio Galáctico para ser rebelde y responsable de entregar el mensaje con las instrucciones de robar los planos de la Estrella de la Muerte Bodhi Rook y el androide imperial acompañante de Cassian Andor, K-2SO. Los cameos de personajes claves de la “Trilogía Clásica”, en especial en el Episodio IV son importantes y apelan al sentimiento de la nostalgia de todo fanático de Star Wars. También la participación de otros personajes que ya salieron en el Episodio III: La venganza del Sith y en la serie animada The Clone Wars (Cartoon Network) hacen que toda esta historia se conecte perfectamente al canon transmediático de Star Wars.
Con ricos visuales que sobrepasan las expectativas de cualquier observador ávido, tremendas secuencias de batallas aéreas, terrenales y galácticas, un desarrollo de personajes casi perfecto y sorprendentes efectos especiales que te hacen quedarte perplejo en la butaca del cine preguntándote “¿cómo rayos hicieron eso?”, Rogue One te hará adoptar la frase que ya está siendo famosa dentro y fuera del universo de Star Wars: “Yo soy uno con la Fuerza y la Fuerza está conmigo”.
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#ImOneWithTheForceTheForceIsWithMe