Eric Fernández Santiago, Senior Writer – GZ
GZ Warning: Contiene spoilers
Para finales de los 70’s ya “A New Hope” (ANH – Star Wars Episode IV) había cementado su legado en la industria siendo un nuevo fenómeno cinematográfico a pesar de las tantas críticas de expertos en cinema, pero a los nuevos fanáticos de Star Wars no les importaba eso porque les encantó la película. Para continuar el éxito de ANH y salir un poco de las críticas del gremio de directores de Hollywood, George Lucas prefirió contratar los servicios del fenecido director Irvin Kershner para comandar la muy esperada secuela de la saga, “The Empire Strikes Back” (ESB – Star Wars Episode V). Con su estreno en el 1980, ESB recibió elogios del gremio actoral y de directores de la industria; pero no tanto así de los nuevos seguidores de Star Wars. Aún así, ESB era considerada la mejor película en toda la saga. Hasta ahora.
“The Last Jedi” (TLJ – Star Wars Episode VIII) revolcó mis entrañas tal como hiciera ESB… y me gustó que lo hiciera. Esta nueva entrega en la mejor saga en la historia del cine toma un giro “esperado” pero con un delivery diferente. Y creo que ahí es donde los fanáticos se molestan. Pero estos fanáticos no ven más allá. Estos mismos “fans” se molestan porque no hicieron cumplir sus teorías de cómo Rian Johnson escribió y dirigió esta joya. Todas las teorías desarrolladas por dos años se les esfumaron. Y eso es lo que me agrada de todo esto, que no me diera claves en la historia para descifrar lo que iba a pasar, especialmente con Luke y su correlación con el titular de la película.
“…and I won’t be the last Jedi” – Master Luke Skywalker.
Podría entender el coraje que sienten muchos fanáticos con la “muerte” de Luke en TLJ, pero no por eso dejaría de gustarme mi saga, y mucho menos pediría que la saquen del canon. Claro, el mismo Mark Hammil dijo públicamente su disgusto al tratamiento de su personaje. Pero una vez vio la película finalizada logró comprender la importancia de que Luke Skywalker se hiciera “uno con La Fuerza” (exacto, Luke NO MUERE, TRASCIENDE). Y el entrenamiento de Rey seguramente seguirá en el Episodio IX con un Master Skywalker como “Force Ghost” tal como sus maestros Obi-Wan Kenobi y el mismo Yoda; este último apareciendo a darle una última lección de vida a su pupilo. Aplaudo la forma en que nuestro querido Trotacielos trasciende a un ser más poderoso con La fuerza, y era lo mejor para él.
Ver la unión en La Fuerza entre Rey y Ben es tan satisfactorio como ver la confrontación final de Luke y Kylo en el climax de la película. El llamado “Force Bond” es algo que solo se da entre usuarios de La Fuerza con una conexión profunda. ¿Acaso Kylo y Rey están destinados a estar juntos? ¿Serán familia?
Convertir a Kylo Ren en el nuevo Líder Supremo del Primer Orden (matando a Snoke en el proceso) es genial porque así le da más importancia a su papel en el Episodio IX. Nuestros nuevos héroes quedan marcados con la incertidumbre de que si los aliados de La Resistencia en los “Outer Rims” habrán recibido la señal de auxilio que enviaron desde los remanentes de la nave nodriza liderada por la general Leia Organa, en lo que es la última aparición en pantalla de Carrie Fisher, la eterna princesa.
“That boy is our last hope”. “No. There is another…”
La manera en que se le hace tributo a Carrie Fisher en esta entrega es algo hermoso. Su momento de gloria en pleno espacio, utilizando La Fuerza misma para salvarse es muestra del legado que nos deja Leia, independientemente de cómo la escriban para la próxima película. Cuando Obi-Wan piensa que Luke es la última esperanza ante el Imperio, y Yoda le responde que no, que hay otro Skywalker, no lo dice porque es la hermana de Luke e hija de Anakin, sino que de por si ella es fuerte en La Fuerza y él (Yoda) lo sabe. Lo demostró en sus historias del Universo Expandido (Star Wars Legends) y lo dejó establecido en TLJ. Ese visual, complementado con su tema musical, es uno de los momentos más gloriosos de esta entrega, además de su encuentro con su hermano Luke.
The Last Jedi marca el inicio de la transición de Lucasfilms y Disney hacia la nueva trilogía que será creada y supervisada por el mismo Johnson. Es por esto que es atrevida, porque Rian dirige la historia a lugares oscuros y altera lo que todos creían predecible. Y necesaria, ya que no todo lo que amamos de la saga puede durar para siempre. Tiene que darse ese cambio. Una nueva legión de futuros Jedi se empiezan a sentir en esta película. Al igual que a Rey, la fuerza empieza a despertarse en muchos seres vivientes que de seguro veremos en la nueva trilogía que Johnson estará desarrollando en los próximos años. Lo lógico sería que Rey sea quien los dirija, quien sabe, con Ben Solo a su lado para mantener su balance en la fuerza bajo control, pero eso son sólo especulaciones de mi parte. Una cosa sí es segura y oficial con TLJ: Rey, Kylo Ren, Finn, Rose, Poe, BB8 y Connix son las nuevas caras del futuro de la saga.
Con visuales espectaculares, una musicalización majestuosa, acción en abundancia, momentos cómicos necesarios típicos de Star Wars y momentos emotivos que sorprenden, “The Last Jedi” es una pieza cinematográfica digna de respetar y posicionar entre las mejores de toda la saga hasta ahora. Rian Johnson hizo lo que ningún otro director se hubiese atrevido a hacer con convencimiento: experimentar cosas nuevas y atreverse a aplicarlas.
Johnson revolcó los cimientos del fandom de Star Wars sin importarle los resultados. ¡Y eso está muy bien! Los fanáticos deben ya de dejar ir sus sentimientos hacia la nostalgia de la trilogía clásica y abrazar los nuevos cambios a la saga. Los personajes que tanto amamos no pueden durar para siempre. Deben madurar como hizo Andy con sus juguetes en Toy Story 3. Confío en que los huecos en la historia sean contestados en el Episodio IX. Dicho esto, la película en general tiene ese delivery inesperado que es necesario para futuras entregas de la saga.
El futuro de Star Wars está en buenas manos.
Está ahí con ESB… Me duele decirlo, pero está ahí. 90/100